En esta breve reflexión, quiero expresar mi profundo dolor por la muerte del Dr. Raúl Alfonsín, un ejemplo de integridad política. Es necesario en estos momentos recordar la figura de un hombre que dedicó su vida al país y a la política. Que pensó, hablo y actuó, mirando a las próximas generaciones. Que nos enseñó la real dimensión de las palabras democracia y república, insistiendo incansablemente sobre el ejercicio de los valores de la libertad y la igualdad.
Nuestro país atraviesa tiempos muy difíciles, y es justamente ahora más que nunca cuando se torna imprescindible ejercitar su legado de decencia, de ética y de conducta, que toda mujer u hombre debería tener si quiere dedicarse a la vida política.
Si hay algo que se destacó a lo largo de toda su militancia y actuación fue la búsqueda permanente del diálogo y el consenso, sin que ello implicara claudicar en sus ideas. Siendo preciso subrayar también su profunda vocación de servicio a nuestra democracia, a nuestra República, a nuestras instituciones y a nuestro pueblo.
Por supuesto, también quedara en la historia como uno de los grandes estadistas argentinos, y como el pilar fundamental a la hora de restaurar la democracia luego de la dictadura mas cruenta que padecimos.
Como sociedad no podemos dejar de reflexionar sobre lo que Raúl Alfonsín nos deja. Es preciso recuperar rápidamente la confianza en las instituciones y los partidos políticos si queremos cambiar el rumbo de nuestro país, y esto sin dudas no será posible sin el compromiso de todos para conseguirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario